La visión de la sociedad ante los TAPSD.

 Hola chicxs!😉 ¿Qué tal la semana? Hoy os vengo a hablar de uno de mis perfiles profesionales: TAPSD (Técnico en Atención a Personas en Situación de Dependencia).

Fue el primer ciclo que estudié y estoy muy orgullosa de haber elegido esta profesión tanto para estudiar, como para trabajar de ello. Lo malo es que nos infravaloran mucho.. os pongo en situación:

Como TAPSD puedo trabajar como:

- Cuidador en diferentes instituciones, centros y/o domicilios.

- Gerocultora.

- Gobernante y subgobernante en instituciones y/o auxiliar responsable de planta de residencias.

- Auxiliar de ayuda a domicilio y/o asistente de atención domiciliaria.

- Trabajadora familiar.

- Auxiliar de Educación Especial.

- Asistente personal.

- Teleoperadora de teleasistencia.

Ocho son los diferentes puestos de trabajo a los que yo puedo acceder con mi título, pero eso se resume en "limpia-culos". La sociedad no está preparada para saber que mi trabajo ha ido evolucionando con los años, pero aún así.. si soy una "limpia-culos", ¿qué pasa? 
Me parece uno de los trabajos más bonitos que existen, sólo quien trabaja de esto por vocación entiende la satisfacción que da llegar a despertar a una persona y que te reciba con la mejor sonrisa del mundo, cada vez que los vistes y aseas estas personas te dan las gracias por hacerlo ya que ellos mismos no pueden, las historias que te cuentan de cuando eran jóvenes con cara de anhelo y miles de cosas más que podría contar de mis prácticas como TAPSD. 

Al principio yo era una estudiante que dejaba mucho que desear porque no me gustaba lo que estaba estudiando, hasta que me paré y pensé en la satisfacción que me daría y entonces me animé. Mis notas y mi comportamiento mejoraron con creces y llegó el día de hacer las prácticas.

Elegí un sitio al que sabía a lo que iba, y yo era la persona más delicada del mundo, pero cuando llegué puedo decir que una parte de mi vida cambió.

Y sí, a día de hoy tengo mi título de “limpia culos” como lo llama la gente. Lo que la gente no ve es todo lo que hay detrás de asear a una persona que no puede hacerlo ella misma.

La satisfacción que da cuando de la nada te sueltan una sonrisa, cuando te buscan para que seas tú esa persona que la asee o mismamente que esté con ella un rato, cuando se acuerdan de tí aunque haya pasado el tiempo… Porque estas personas te dan muy buenos momentos y tengo muchos recuerdos de ellas pese al poco tiempo que estuve en mis prácticas.

Recuerdo que el primer día que llegué salí llorando de allí porque veía mucha presión, pero al cabo de una semana esa presión se me quitó y me empezó a gustar tanto que estaba deseando que llegara el día siguiente para tener que ir.

Fue un esfuerzo físico bastante duro, pero por mucho que me doliera la espalda o los pies, al día siguiente ya estaba completamente descansada para volver otra vez a la faena.

Poco a poco fui quedándome con los nombres de todos los usuarios, cuál era la habitación de cada uno, qué comía cada uno, con quien tenías que insistir para comer y con quién tenías que tener cuidado porque repetía varias veces el plato, la medicación de cada uno, en fin, toda la vida de cada usuario que eran muchos en verdad.

Había un hombre que tenía una silla de ruedas eléctrica en la que me subía yo detrás y me llevaba por el pasillo, otro hombre que me esperaba todas las mañanas para ver si me tocaba él a mí para asearle porque decía que era la que mejor le trataba, una mujer que esperaba que pasara cualquier persona por su puerta para colocarle bien el pañal porque le hacían arrugas… todos los días era lo mismo, pero era una rutina que a mí me gustaba mucho.

Había un matrimonio que la mujer me recordaba bastante a mi abuela, asique cuando tenía unos minutos libres siempre me escapaba para ir a verla y hablar con ella. También le cogí mucho cariño a mis dos abuelitas, como yo las llamaba, que todas las noches me daban un botecito de suero porque tenía los ojos ya muy rojos del cansancio, y una mujer que en mi último día de prácticas se despertó llorando porque acababa ese dia yo.

Fui muy buena en mi trabajo, aunque por diferentes motivos no pude seguir trabajando de ello, pero es algo que tengo pendiente… tan pendiente que mi sueño si me tocara la lotería sería crear una residencia para personas mayores: la mejor residencia del mundo.

No todo el mundo vale para este trabajo, eso está claro. Si es difícil trabajar con alguien que no lo hace por vocación, imaginaos la persona que es atendida por alguien así. 

Yo os animo, desde mi experiencia, a que os informéis mejor sobre este trabajo y si os gusta y tenéis la oportunidad, realizar un voluntariado o incluso estudiar el ciclo para que podáis comprobar desde primera mano lo que yo misma he sentido.

"Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti".



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